Infórmate de los riesgos. El Servicio Pad responde
En los juegos de azar el objetivo es predecir un resultado, pero las posibilidades de acertar o fallar y por lo tanto, de ganar o perder no dependen exclusivamente de la habilidad de quien juega, sino que interviene el azar.
Es decir, el resultado está fuera del control de la persona que juega. Además, la expectativa de una ganancia económica es otro factor de riesgo, ya que el dinero es un poderoso incentivo y reforzador… para seguir jugando.
Durante la adolescencia y juventud temprana se completan la maduración cerebral y con ella, la regulación emocional y las funciones ejecutivas, como el control de la conducta, la inhibición de la impulsividad, la planificación, la previsión de las posibles consecuencias de nuestras decisiones o comportamientos, etc.
Mientras todo esto se define y estabiliza la persona adolescente o joven es vulnerable y puede desarrollar comportamientos de riesgo, entre los que están los relacionados con las apuestas y los juegos de azar, ya que no ha consolidado todas las herramientas y habilidades que necesita para reconocer y afrontar los riesgos que éstos representan.
Además, durante esta etapa es frecuente la búsqueda de sensaciones emocionantes e intensas, muchas veces vinculadas a lo arriesgado, lo nuevo o lo prohibido (el acceso a los juegos de azar está prohibido para menores de 18 años).
No todos los juegos son iguales e incluso no todos los juegos de azar son iguales.
El factor estrella es la expectativa de ganancia económica (dinero), acompañado del refuerzo social que tiene la imagen “del ganador o ganadora”.
Además, estos juegos presentan una serie de características que aumentan su poder adictivo:
- Gran accesibilidad.
- Enorme disponibilidad.
- Gran variabilidad y diseño atractivo.
- Inmediatez de la recompensa.
- Mecánica sencilla.
- Poca inversión en cada jugada.
- Jugadas rápidas que reducen la capacidad de autocontrol.
- Potencial ganancia superior a la inversión realizada.
- Falsa sensación de control sobre el resultado del juego, la persona puede llegar a creer que tiene conocimientos para ganar o un método, etc., sin tener en cuenta que son juegos de azar, lo que aumenta la probabilidad de jugar y seguir Y con ello, la probabilidad de perder.
Adolescentes y jóvenes tienen en general una visión normalizada de los juegos de azar a lo que contribuye la expansión del sector, la potente publicidad y otro tipo de apuestas y juegos extendidos entre la población general que también los percibe como una actividad lúdica exenta de riesgo.
Algunas de las motivaciones que provocan la iniciación de adolescentes y jóvenes en las apuestas y juegos de azar son:
- Jugar por el entretenimiento, la diversión, la emoción o la excitación que provoca.
- Jugar porque otros están jugando, por seguir la corriente, por presión del entorno y las amistades.
- Jugar para demostrar habilidades y presumir, buscando el refuerzo social.
- Jugar para experimentar la sensación de ganar, la emoción, la admiración y refuerzo social y el dinero que permite comprar, invitar, tener acceso a cosas caras, etc.
- Jugar como escape o evasión ante los problemas o como alternativa “fácil” ante cualquier tipo de malestar emocional: aburrimiento, frustración, evasión de preocupaciones, etc.
- Jugar como alternativa de ocio, como forma de pasar el rato, tener algo que hacer o mitigar el aburrimiento.