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Los árboles o arbustos frutales son plantas con una elevada capacidad nutricia. Esto puede ser tanto por el valor de sus frutos o semillas para mamíferos y aves, como por la capacidad nutricional de su polen para atraer a los polinizadores.

¿A quién beneficiamos con estas actuaciones?

Todas las especies se verán beneficiadas por esta diversidad de recursos. Por un lado, se beneficiarán especies más o menos generalistas, es decir, que se pueden alimentar de una amplia variedad de recursos, como por ejemplo el gorrión común (Passer domesticus), una especie fundamentalmente granívora que se puede alimentar de bastantes grupos de bayas, semillas y frutos distintos. Por otro lado, también es posible atraer a especies más especializadas, como la mariposa del madroño (Charaxes jasius), que es el lepidóptero diurno de mayor tamaño y uno de los más espectaculares, cuyas orugas se suelen alimentar del madroño. En última instancia, este aumento de la disponibilidad de alimento genera un círculo virtuoso en la atracción de fauna, de forma que, la fauna atraída por estas plantaciones sirve de alimento o crea nuevos nichos ecológicos para grupos de fauna adicionales, como aves o mamíferos insectívoros o depredadores de mayor tamaño.

 Mariposa del madroño