12. Parque agrario
Podríamos pensar que todos los animales prefieren vivir lejos de nosotros en ecosistemas puros, como los grandes bosques. Sin embargo, la realidad no es del todo así. Después de convivir con nosotros durante miles de años, mucha fauna se ha adaptado a aprovechar nuestras formas de vida más tradicionales, como la agricultura, que poco a poco estamos perdiendo.
Los paisajes agrarios se caracterizan por su gran variedad de elementos, como una elevada diversidad de plantas, la presencia de muros y rocas, puntos de agua, vallados de madera, grietas y desniveles en el terreno, así como zonas abiertas. Todo esto crea una gran cantidad de discontinuidades en un espacio de terreno relativamente pequeño. Sin embargo, estas discontinuidades, lejos de representar obstáculos para la fauna, forman un intrincado entramado de nichos que enriquecen y complejizan enormemente el hábitat para la vida silvestre.
¿Quiénes se ven atraídos por estos parques?
Estos sistemas atraen a una gran cantidad de insectos y artrópodos, pero también son capaces de captar a mamíferos, reptiles y aves. Entre las aves, encontramos numerosas especies adaptadas a estos hábitats agrícolas mediterráneos, muchas de las cuales son autóctonas. Algunos ejemplos pueden ser la perdiz roja (Alectoris rufa), la alondra común (Alauda arvensis) o el alcaraván (Burhinus oedicnemus). A su vez, también hay muchas rapaces adaptadas a sistemas agrícolas, como pueden ser el milano real (Milvus milvus), la lechuza común (Tyto alba) o el elanio (Elanus caeruleus).
Elanio