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El Parque de la Ventilla es un espacio verde abierto con una temática forestal, predominantemente compuesto por un pinar de diversas edades (fundamentalmente pinos carrascos de grandes dimensiones y pinos piñoneros de menor talla –fruto de plantaciones posteriores–) y recorridos que lo atraviesan. Su topografía es ondulada lo que le confiere un aspecto natural. Entre el arbolado presente, además de los pinos, hay cipreses, melias, cedros, catalpas, plátanos de sombra y macizos arbustivos de taray, cotoneaster y juníperos, entre otros. Está delimitado por las calles Sinesio Delgado, Avenida de Asturias, Vía Límite y calle Magnolias, suponiendo como una prolongación hacia el este de los parques Huerta del Obispo y Agustín Rodríguez Sahagún. Posee un frontal más urbano y ajardinado, paralelo a la Vía Límite. En el parque se encuentran áreas para el entrenamiento deportivo, una pista de fútbol, zonas infantiles y un espacio para perros, así como áreas habilitadas para hacer picnic. También hay un circuito biosaludable, una pista de patinaje y una fuente ornamental junto al eje Sinesio Delgado.

Este lugar es muy apreciado por su entorno natural, siendo ideal para pasear y llevar a cabo actividades al aire libre. 

En 2009 se sometió a una importante mejora en sus infraestructuras viarias y jardineras, como comienzo de una paulatina transformación de su naturaleza forestal en un parque convencional. 

El parque tiene su origen en el Plan General de Ordenación Urbana de Madrid de 1946, que fijaba la muy gráficamente denominada Vía Límite como linea perimentral de contención de la expansión del entonces suburbio de la Ventilla. Entre 1952-55 los terrenos empezaron a repoblarse con pino carrasco, y el parque se consolidó durante la década de los sesenta. Presenta aún numerosos vestigios de antiguas infraestructuras de la traída de aguas del Canal de Isabel II.