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Los jardines de San Francisco el Grande están situados en el lugar donde se encontraba el antiguo convento de San Francisco, cuyas ruinas fueron demolidas en 1961. El Parque de la Cornisa se sitúa a los pies de la Basílica de San Francisco el Grande, en lo que fue el patio del antiguo convento.

En 2007, el Ayuntamiento de Madrid transformó los jardines de San Francisco en un jardín temático dedicado a las dalias, conocido como la antigua Dalieda de San Francisco. Posteriormente, en 2016, se modificó la composición de las plantaciones, optando por una colección de rosales debido a su notable capacidad de adaptación al clima madrileño y su abundante floración. En la actualidad, los Jardines de San Francisco el Grande albergan 21 variedades de rosales, que alcanzan su máximo esplendor durante los meses de mayo y junio.

El parque cuenta con uno de los miradores más transitados para ver puestas de sol en la ciudad. Antecede al mirador el grupo escultórico San Isidro Labrador, esta fue una de las esculturas que realizó Santiago Costa en 1952 para homenajear al arquitecto Juan de Villanueva.

El parque de la Cornisa se desarrolla en pendiente descendente desde la Gran Vía de San Francisco hasta la Ronda de Segovia, y accediéndose al mismo por la Calle del Rosario. Dispone de zonas deportivas e infantiles con estancias y pequeños caminos de terrizo. El arbolado está formado por magnolios, ciruelos rojos, acacias de Constantinopla, plátanos de sombra, arces negundos, arces del azúcar, moreras, almeces, madroños, palmeras de Fortune, arizónicas, álamos, además de distintos macizos de arbustos con abelias, rosales y juníperos entre otros. Existen también algunas zonas con césped. Destaca, paralela a la calle del Rosario una preciosa alineación de liquidambar con algún madroño intercalado. Se han realizado mejoras en 2016 y en 2022.