Renaturalización del Río Manzanares
Historia
El Manzanares a por su paso por la Villa de Madrid se caracterizaba por ser un río somero de poco caudal, rodeado de sotos y con una importante cantidad de arenas que se acumulaban en barras laterales e islas centrales.
Esto siempre provocó la sátira y chanzas literarias de autores, desde el Siglo de Oro a Rafael Alberti, y burla de reyes europeos, llegando a decir que era el mejor río del mundo por ser el único “navegable a caballo”.
A pesar de ello, el río era frecuentado por la población como lugar de recreo, se extraían arenas de su cauce y los lavaderos y las casas de baño se distribuían a lo largo de sus márgenes.
En el siglo XX la población fue creciendo y las zonas próximas a las orillas fueron urbanizándose. El río comienza a canalizarse y en 1940 se construyen nueve presas cuyo objetivo era crear una serie de estanques separados, otorgándole una estética más propia de los grandes ríos centroeuropeos de aguas profundas que del clima mediterráneo.
Con estas actuaciones el Manzanares va perdiendo progresivamente sus riberas, sus islas, su fauna, etc y termina transformado en un canal sin valor ecológico y socialmente ignorado. De este modo, el Río ofrecía la visión de una lámina de agua pero su dinámica natural había sido totalmente alterada
Llega la renaturalización
En el año 2016 desde el Ayuntamiento de Madrid, gracias a la propuesta y apoyo de Ecologistas en Acción, se decide cambiar radicalmente la filosofía del río con la intención de recuperar su cauce natural. Como primera medida, en mayo de ese mismo año, se procede a la apertura de todas las presas en los 7,5 km de su recorrido urbano. Fue el primer paso para la renaturalización del río y la recuperación de su función como corredor ecológico.
Con la apertura de las compuertas, el consiguiente descenso del calado del río y la recuperación de su dinámica fluvial natural, se comenzaron a formar barras de arena y pequeñas islas que actualmente suponen zonas de conexión para las especies entre los tramos superiores e inferiores.
En estas islas, como se puede apreciar, se ha producido un desarrollo espectacular de la vegetación, surgiendo todo tipo de especies herbáceas silvestres como gramíneas, leguminosas, malvas, jaramagos, amapolas, cardos, etc. También han crecido de manera espontánea vegetación de ribera con eneas e incluso sauces y fresnos. La dieta de aves como gorriones comunes y molineros, verdecillos o jilgueros depende en gran parte de las semillas que producen estas plantas.
Fauna
Esta vuelta al estado natural del río también ha supuesto un desarrollo de la fauna: los peces han vuelto a criar y ahora se pueden observar gobios, alburnos, carpas, pez gato y sobre todo, barbos. Las aves también han incrementado su número y diversidad; se han detectado más de 50 especies como el ánade real, gallinetas, garzas, garcetas, chorlitejos, martinetes, tres variedades de gaviotas, agachadizas comunes… o incluso otras exóticas como el ganso del Nilo.
Con el fin de potenciar la biodiversidad y concienciar a la población de la necesidad de conservar la fauna autóctona, el Grupo de Rehabilitación de la Fauna Autóctona y su Hábitat (GREFA) liberó 15 ejemplares de Galápago leproso (Mauremys leprosa), una especie más propia del clima y condiciones ecológicas del tramo del Manzanares objeto de renaturalización. Se soltaron individuos de diferente sexo, más hembras que machos para facilitar su reproducción en libertad. Las edades son dispares, desde jóvenes de un año hasta adultos de más de 20 años.
Alineado con el plan A
Devolver al río Manzanares un aspecto más natural también es una de las actuaciones del Ayuntamiento enmarcadas en el Plan A de Calidad del Aire, estrategia de adaptación del Ayuntamiento de Madrid para afrontar los efectos del Cambio Climático, que incluye el desarrollo de una visión de la regeneración urbana a través de soluciones basadas en la naturaleza.
Información adicional sobre las aves
Hay nuevas especies destacables como el chorlitejo chico y el andarríos chico, que son especies limícolas, que antes no estaba citada en Madrid Río porque su hábitat son los bancos de arena, que se han formado tras la apertura de las compuertas. También destaca la población de ardeidas (garcetas comunes, martinetes y garzas reales), a las que favorecen las nuevas islas de vegetación, donde encuentran refugio, y el caudal más somero que les facilita la pesca. Otras especies valiosas ligadas al río son el martín pescador y las lavanderas cascadeñas, propias de aguas corrientes de cierta calidad. Las lavanderas blancas también son abundantes y seguro que les ha favorecido el cambio que ha habido en el río (igual que los mosquiteros comunes y los ruiseñores bastardos). El ganso del Nilo se ha asentado y ha criado en el río. Es una especie singular, pero probablemente proceda de escapes del zoo.
La población más abundante en invierno es la de gaviotas reidora y sombría, que prácticamente desaparecen en verano. Lo mismo ocurre con los cormoranes grandes, que quizás se vean algo perjudicados por el nuevo régimen del río, ya que son buceadores. En cambio, en primavera-verano destacan las colonias de avión común y golondrina común, que nidifican bajo los puentes del río (probablemente las nuevas islas de vegetación les hayan favorecido al disponer de más alimento, al igual que ocurre con los vencejos comunes).