Hôtel Silence

Jean decide dejar su Canadá natal y emprender un viaje de ida a un país destruido por la guerra con un mínimo de equipaje y un taladro. Pero nada sale exactamente como estaba previsto. Su desesperación pronto le parece irrisoria frente a la suerte de quienes le acogen, aferrados a la menor esperanza de reconstrucción. Al entrar en contacto con ellos, la urgencia de acabar con todo deja de ser tan acuciante, hasta el punto de que Jean redescubre poco a poco el sentido de su existencia.