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Las caraBEteras son dos artistas que reivindican la sicalipsis y el cuplé como modo de supervivencia y acicate para cambiar el mundo, invertir los roles y poner al hombre a sus pies. Su lema es: “si no te gusta algo, dale la vuelta”. Ellas buscan la cara B de las cosas, la cara B de la vida, y por eso se hacen llamar “cara-be-teras”.

En un primer viaje nos llevarán al origen del pecado, al Madrid sicalíptico de principios del siglo XX, a locales prohibidos, cafés cantantes y salas de teatro donde actuaron las grandes divas del cuplé, mujeres que supieron crearse a sí mismas, formando parte de la vanguardia artística y abriendo las puertas a una nueva modernidad.

De esa forma, nos adentraremos en teatros ya desaparecidos como el Teatro Apolo -catedral del género chico y el teatro por horas-, el Novedades o el Teatro de Variedades. Y conoceremos las vidas, canciones y anécdotas de Raquel Meller, la Fornarina, la Goya, la Bella Chelito o la Bella Dorita.

Todas ellas tenían entre sus defensores a prestigiosos escritores como Alvaro Retana, Azorín o Gómez de la Serna, pero también tenían feroces detractores, entre los que se encontraban Unamuno, el comité de damas españolas o La Liga anti pornográfica. Después de esa lucha entre el bien y el mal, asistiremos al nacimiento del cuplé decente y el resurgimiento de nuevas tonadilleras y cupletistas que actuarán por primera vez para familias respetables -esposas incluidas, que antes tenían vedado su acceso a este tipo de espectáculos-, irrumpiendo con la misma fuerza, además, tanto en cocinas de clase media como en salones de la aristocracia.

En este viaje no solo recrearemos números clásicos como La violetera, El tango de la cocaína o el cuplé a ritmo de fox-trot ¡Venga, alegría! que popularizara la actriz Mary Santpere en la película Miss Cuplé, sino que, también daremos la vuelta a algunos de ellos y comprobaremos como sonarían en la actualidad.

Y tampoco nos olvidaremos del cine y todas esas películas que tan bien supieron retratar toda esa época: El último cuplé de Juan de Orduña (1957), La Violetera de Luis César Amadori (1958), La reina del Chantecler de Rafael Gil (1962) o La Coquito de Pedro Masó (1977).

Dramaturgia: Juan Mairena