Contexto de la Convocatoria
El 12 de febrero de 2020 el BOAM publicó la convocatoria de proyectos de cooperación de aquel año.
Contribuir desde un Ayuntamiento al desarrollo sostenible a nivel global es una tarea por supuesto complicada, pero en 2020 -con el planeta todavía medio paralizado por las medidas sanitarias tomadas para luchar contra el covid 19- el desafío era todavía mayor.
Una vez finalizados los proyectos subvencionados a través de aquel procedimiento vale la pena hacer un alto en el camino y explicar a los madrileños cómo fueron utilizados y para qué sirvieron los más de 5,3 millones de euros con que aquel año se dotó el principal instrumento de que dispone su Ayuntamiento para canalizar la solidaridad de los ciudadanos.
El contexto
La pasada pandemia no sólo provocó a nivel global más de 6 millones de muertes, sino que desestructuró gravemente la economía de todo el planeta. Si bien los tiempos y la rigidez de las restricciones sanitarias no fueron igual en todos los países, sí fue generalizado que la peor parte la vivieran las poblaciones más vulnerables, especialmente en los países receptores de cooperación, que son los que tienen su economía, sanidad y sistema de protección social más frágiles.
Contribuir de manera eficaz, aunque sea modesta, a paliar en ese contexto el sufrimiento constituyó un desafío complejo, máxime cuando muchos lugares mantenían las escuelas cerradas y la movilidad era todavía muy restringida.
Hay que señalar las dificultades que impuso el confinamiento a todas las partes implicadas; los proyectos de 2020 tuvieron que ser formulados sin que las entidades pudieran desplazarse y el equipo municipal debió gestionarlo desde sus domicilios sin una previsión de medios materiales y organización para hacerlo.
Resuelto el proceso administrativo conforme a los objetivos del Marco Estratégico de Ciudadanía Global y Cooperación Internacional 2018-2021, fueron subvencionados 18 proyectos solicitados por ONGDs, con un coste medio aproximado de 300.000 cada uno.
Se trataba de intervenir, en colaboración con las autoridades locales y muy a menudo en sinergia con fondos aportados por otros actores externos, para mejorar la situación de las personas más vulnerables en territorios muy golpeados por la covid.
Esta fotografía de la Fundación ADSIS en Perú muestra las complicadas condiciones en las que fueron impartidas las capacitaciones