Diseño del parque
Descripción
Junto a la geometría simbólica y funcional del parque que le otorga la forma de un árbol, el diseño es representativo de los paisajes vegetales naturales del interior de la Península Ibérica.
El parque estará integrado por distintas tipologías de bosque con las siguientes características:
- La fachada urbana de Cárcavas (el bosque en la ciudad): toma su denominación por su proximidad con las áreas residenciales exteriores y ha sido planeada como entorno adecuado para el paseo y esparcimiento de los vecinos.
- El río (el bosque fluvial): se extiende a lo largo de la vaguada central que discurre en dirección Sur-Norte. El agua y los ecosistemas asociados son aquí los protagonistas, con una muestra de zonas húmedas y bosques ribereños. Una vía pecuaria atraviesa el ámbito de norte a sur exhibiendo en ella elementos pecuarios.
- Las Terrazas (el bosque cultivado) Ocupan la ladera que flanquea el río por el oeste, incluyendo un gran espacio circular con pendientes más moderadas. La sucesión de terrazas con diferentes geometrías, exposiciones, tamaños y cubiertas vegetales, todas ellas transitables, permiten al visitante internarse en un mosaico extraordinariamente diverso de ambientes.
- El arboreto (el bosque isla): se trata de un espacio distribuido en grandes plataformas planas ocupadas por cubiertas vegetales o minerales homogéneas. Sobre estas plataformas emergen, a modo de islas, pequeños relieves con rodales monoespecíficos que muestran las especies forestales propias del centro de España.
- La copa (el bosque cerrado): se trata del espacio más extenso del parque que, de algún modo, confiere sentido a todo el conjunto. Conforma lo que, atendiendo a la silueta del parque con forma de árbol, constituiría la copa del mismo. En esta zona están representados cinco paisajes vegetales característicos de la zona centro de la Península Ibérica: Sistema Ibérico, Sistema Central, La Alcarria, La Mancha y los Montes de Toledo.
- El laberinto forestal (el bosque perdido): cupa el extremo más occidental del gran eje central que articula el parque. La espesura de las masas, junto a la diversidad y envergadura del arbolado proporcionan un paisaje que recuerda al arquetipo de bosque, con sus connotaciones de grandiosidad y misterio. Para reforzar estas sensaciones su diseño en laberinto invita al visitante a perderse en el bosque, para llegar a un gran mirador que emerge sobre las copas de los árboles.
- Campo abierto (el bosque transformado): en torno a los lóbulos que albergan los distintos paisajes forestales se disponen mosaicos de matorral y pastos, salpicados por algún árbol o mancha arbórea dispersa. Constituyen el escenario adecuado para actividades que precisen grandes recorridos, preferiblemente abiertos, como paseo ecuestre, en bicicleta, etc.
- Bosque de los ciudadanos: espacio dedicado a los ciudadanos, que podrán plantar un árbol para tener un bosque en su ciudad.
- Zonas periféricas (el bosque exterior): las zonas periféricas de transición integran en el paisaje las antiguas escombreras, que quedan transformadas en zonas de esparcimiento, y restauran los arroyos y campiñas colindantes con el bosque, transformándolas en un entorno similar a las orlas forestales que se encuentran en la naturaleza. Su papel intermedio entre las grandes infraestructuras de la ciudad y el corazón del parque les confiere una gran importancia como áreas de protección de este último frente a interacciones negativas procedentes del entorno urbano.