Depósitos

 

Los principales depósitos bancarios en los que el/la cliente/a puede colocar su dinero a cambio de un determinado interés pueden ser:

  • A la vista: cuentas corrientes (ver Cuentas bancarias)
  • De ahorro: cuentas de ahorro (ver Cuentas bancarias)
  • A plazo: en los Depósitos a plazo, el titular entrega una cantidad de dinero a una entidad de crédito durante un tiempo determinado, tras el cual, la entidad se la devolverá junto con la remuneración pactada (intereses); se puede pactar que el cobro de dichos intereses sea periódico. Por otro lado, de figurar en el contrato, puede existir la posibilidad de sacar dinero del depósito antes de que termine el plazo acordado; eso conllevaría una penalización o una comisión, cuyo importe no debe ser superior al de los intereses brutos devengados desde que se contrató el depósito hasta la fecha de cancelación.

Las diferencias principales entre los tres tipos de depósito son que, en los dos primeros, el/la cliente/a puede disponer del dinero de forma inmediata sin penalización, y que la remuneración es mayor en los depósitos a plazo.





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