Archivistas salvajes. Sesión 3
Programa:
La bandada (Jorge Proenza, 1989, 16’)
Una niña anhela acercarse a la luz, pero su madre, habitante de la sombra, se lo impide.
Esta película es una rareza, siendo la primera y única del Cine Club Sigma en color durante las décadas del 70 y 80. La ópera prima de Jorge Proenza. La escasez de recursos y el simbolismo del lugar para la sociedad cubana, lo llevó a rodar el corto en una parada de ómnibus. Entre toda la aglomeración de gente, solo un hombre entiende el lenguaje cifrado de los niños. Juntos, antes de que el día se vaya, tratan de romper cualquier barrera para desastar la bandada.
Para su rescate, Archivistas Salvajes inspeccionó el soporte fotoquímico de La bandada y, lamentablemente, estaba totalmente perdido. Sin embargo, gracias a la preservación de Jorge Proenza en un mini DV, aún esta película vive.
La tísica (Rolando Zaragoza, Milton Macedas, Tulio Raggi, 1964, 10’)
Los dos jóvenes se aman, pero ella enferma gravemente y muere… La canción de "La Tísica" no es una canción tradicional cubana, la hicieron un día jodiendo Tulio Raggi y Milton Maceda. Los realizadores trabajaban en el ICAIC pero el corto pertenece al cine cubano paralelo, pues para ellos era una especie de hobby fuera y dentro del trabajo. Así junto a Rolando Zaragoza, Jorge Pucheaux entre otros, surgió el Grupo Experimental Cubancan, uno de las primeros intentos de hacer cine fuera de la industria una vez consolidado el ICAIC. Esto es una historia de amor con moraleja dividido en cuatro actos, aunque para Luis Lacosta, su protagonista, La Tisica constituye el primer video clip realizado en Cuba. El camarógrafo era un muy joven Raúl Perez Ureta, en la que quizá fue su primera experiencia en una filmación. De lo único que hay certeza es del humor satírico que desprende La Tisica, marcado por la afición de Tulio Raggi a la chanchada brasileña.
Nace una plaza (Miguel Secades, Miguel García, 1988, 9’)
En el año 1987, el Estado cubano emprende una extraña tarea de construcción en la ciudad de Santa Clara, un pequeño pueblo en el centro de Cuba: la edificación de la monumental tumba del guerrillero argentino-cubano Ernesto "Che" Guevara. Esta colosal y costosa empresa, no exenta de controversia, implicaba la paradoja de que, hasta ese momento, el cuerpo del mítico revolucionario se encontraba en paradero desconocido en la selva boliviana.
Esta labor, envuelta en un aura de misterios y teorías conspirativas, ha sido interpretada por muchos como el resultado de las premoniciones de Fidel Castro sobre la inminente caída del campo socialista. En medio de la polémica, se le encomienda al realizador aficionado Miguel Secades, presidente del cineclub local, documentar la construcción de esta monumental obra con el respaldo y la supervisión de las fuerzas armadas revolucionarias. Nace una plaza es el resultado documental de esta experiencia, oculto durante décadas en el sótano de un cine abandonado.
Bastión 86 (Ardelio Parrado, 1986, 13’), Pirámide (Miguel Coyula, 1996, 32’)
Filmación de un domingo rojo en el poblado de Caibarien en el centro de Cuba.
Habana Solo (Juan Carlos Alom, 2000, 15’).
> Presentación a cargo del colectivo Archivistas Salvajes